[Abril 2014]
Después de haber disfrutado diez días en la Huasteca Potosina, continuamos nuestro recorrido hacia el estado de Querétaro, sin tener idea de que todo el relajo vivido esos días se acabaría en unos minutos al encontrarnos con la “Sierra Gorda”, una cadena montañosa que separa el estado de San Luis Potosí de Querétaro.
No había otra forma de entrar a Querétaro por lo que tuvimos que darle no más y atravesarla para seguir recorriendo, pero nunca investigamos cuán larga era… Fueron 80 intensos kilómetro de subida ininterrumpida, donde la Piscola nos pidió un descanso en más de una oportunidad y lo demostró encendiendo luces del panel!
“Oh oh… está parpadeando el overdirve!” me decía Vic, y yo cachando nada, por supuesto: “Qué significa eso???”. “Tenemos que parar”, “busquemos un lugar plano para revisar los niveles”, “quizás se calentó la transmisión”… Parar? Lugar plano? Pero si estamos en la mitad de una montaña, lleno de curvas cerradas!!
Mágicamente, justo cuando lo necesitamos, aparece un estacionamiento casi casi plano donde pudimos parar a ver qué le pasaba a la Piscola. Vic hizo el chequeo de rigor y estaba todo en orden, pero aún no entendíamos por qué se prendía esa maldita luz!!! “Será un sensor?, el líquido de la transmisión? O quizás la transmisión misma?”. Sigue siendo chino mandarín para mí, pero en definitiva, necesitamos un mecánico con scanner para leer los códigos de la camioneta y ver cuál es el problema.
Nuevamente surge la duda… Existirá un mecánico con scanner acá en la Sierra Gorda??? Si con suerte hemos atravesado un par de poblados con 5 casas cada uno! Seguimos subiendo la cuesta, toma la curva a la derecha, viene otra curva a la izquierda y aparece un letrero de cartón pintado a mano que dice “AQUÍ MECÁNICO” y abajo en letra chica “Se escanea vehículos”. Simplemente, no lo podíamos creer! Cómo tanta suerte? Una vez más nos damos cuenta de que hay que pedir las cosas para que sucedan!
Esperamos 15 minutos a que llegara el mecánico quien amablemente nos ofreció ayuda y conectó el scanner, pero justamente ese scanner no nos servía. Tenía que ser uno más específico… Seguimos avanzando con la luz que se prendía y se apagaba, paramos en un pueblo más grande donde Vic se pudo conectar a internet y averiguar en un foro qué es lo que podía estar ocurriendo y cómo resolverlo. Todo apuntaba a que era un sensor. Vic lo sacó, lo limpio, lo puso de nuevo, se apagó la luz y un poco más adelante se volvió a prender. No podíamos hacer nada más en ese minuto así que continuamos hacia el pueblo de Tilaco donde paramos a dormir en la Plaza de Armas, frente a la Policía. Ya era de noche y estábamos con hambre y muy cansados.
Al día siguiente nos levantamos en la mañana rodeados de buses de estudiantes que venían a visitar la Iglesia de Tilaco, una de las 5 Misiones Franciscanas fundadas en el siglo XVIII, Patrimonio Cultural de la Humanidad ya que fueron construidas por Franciscanos en conjunto con indígenas, fusionando ambas creencias con el afán de catequizar y pacificar la zona.
Salimos a caminar y a la vuelta había 2 personas mirando la camioneta. Eran parte de las “Alas Rojas” de Querétaro, un programa del estado de Asistencia en Ruta compuesto por una Paramédico y un Mecánico! Chaaaaaaaaaaan!!! Nos cayeron del cielo!
Mientras Vic le explicaba todo el funcionamiento del aceite aprovechó la ocasión para pedirle su opinión de la famosa lucecita que se nos estaba prendiendo en el camino. Y nos dice un poco lo que Vic ya había investigado, así que para salir de la duda tendremos que llevar a la Piscola a un mecánico especialista en dirección y hacerle un scanner específico.
Los días siguientes recorrimos otras 3 Iglesias de las Misiones Franciscanas que como conclusión personal, eran bien similares unas de otras y sólo la fachada tenía su encanto. El resto? Nada de especial…
Continuamos hacia Bernal, un Pueblo Mágico en el centro de Querétaro al que llegamos de noche buscando el “Campamento Tortuga” que vimos en un mapa y nos dijeron que ahí podíamos acampar. No había señalética clara, nos pasamos, nos dieron algunas indicaciones y después de meternos por unos callejones, subir un cerro, entrar por un camino de tierra y seguir subiendo un poco más, llegamos -además de a la punta del cerro- al Campamento Tortuga, que no sé por qué además decía “Villas y SPA”, no entendíamos nada…
La entrada tenía unos altos arcos de ladrillo, el camino era de adoquines y llegamos a un estacionamiento, donde había un edificio con una recepción. Claramente ese no era un Camping y le preguntamos al encargado dónde podríamos pasar la noche. Nos indicó un lugar que estaba cerrado así que volvimos a Bernal, comimos unos tacos en la calle (invitados por una pareja que nos vio llegar en la camioneta) y nos fuimos a acampar afuera de la Policía. Ya era tarde y estábamos agotados, había sido otro largo día de viaje.
Al día siguiente fuimos en búsqueda de algún mecánico que tuviera el apetecido aparato para chequear nuestra camioneta, hasta que dimos con uno que finalmente la revisó, le leyó los códigos, le borró el código y nunca más se volvió a encender.
Y en esto, caminando por las calles de alrededor, vimos una combi con patente Argentina! Estos tienen que estar en las mismas que nosotros! Quiénes serán?? Y nos encontramos en la calle con Maru de la Kombi Rutera a quien antes habíamos conocido por Facebook. Ellos vienen viajando desde Argentina hasta México haciendo radio en la combi y ese día también estaban con un problema mecánico y Martín, su pareja, lo estaba intentando resolver.
Ese mismo día era el cumpleaños de Maru y los invitamos a celebrar en la camper! Preparamos un aperitivo, hicimos margaritas –a los que Maru se hizo adicta- y conversamos por horas y horas como si nos conociéramos de toda la vida! Fue muy lindo ese encuentro y darnos cuenta que compartimos tantas experiencias similares y sobre todo, el modo de ver y vivir la vida.
La mañana siguiente no existió porque la dormimos completa medios dañados con tanto margarita. Partimos esa misma tarde rumbo a la ciudad de Santiago de Querétaro, donde nos estaba esperando Marcos a quien contactamos por CouchSurfing. Aprovechamos de pasar a un mecánico especialista en dirección que revisó la camioneta y dijo que se veía perfecta! Analizaron el líquido de la transmisión y chequearon el carter por si habían resto de metal sin encontrar nada… Qué alivio… Un tema menos!
Marcos nos estaba esperando en su casa (q es bien grande!) y nos pasó una pieza con baño y todo sólo para nosotros!! Nos sentíamos en un Hotel 5 estrellas! Después de una merecida ducha nos llevó al centro histórico de la ciudad que es precioso y cenamos en un restorán de comida Oaxaqueña, todo muy rico!
Nos quedamos una semana con él (que en un principio iba a ser un par de días, pero amablemente nos ofreció quedarnos el tiempo que quisiéramos), nos ayudó a recolectar aceite, cocinamos cosas ricas (o sea, Vic cocinó), vimos películas en su “cine en su casa” y descansamos muchísimo para olvidar todo el estrés vivido en la famosa Sierra Gorda. También fuimos al cine después de 2 años para ver nuestra primera película 3D de la vida! Nos siguen gustando más las normales…
Lamentablemente no pudimos conocer mucho más de Querétaro, pero a veces pasa este tipo de cosas que te van apurando para llegar a cierto lugar, así como otras veces nos tomamos más tiempo para visitar lugares que no estaban planificados.
Pero de todas maneras, mirando hacia atrás, tuvimos mucha suerte en el camino, el problema de la Piscola no era nada grave ni comprometió la seguridad en el viaje y creo que tomamos las decisiones correctas para llegar sanos y sanos a la casa de nuestro nuevo amigo Marcos.
En la ciudad de Querétaro hicimos la pausa que el cuerpo pedía, cosa que resulta difícil entender cuando la gente cree que estamos en eternas “vacaciones”, al no tener una rutina de trabajo con descanso los fines de semana. A veces no nos damos cuenta y simplemente no descansamos por semanas… La casa de Marcos fue el lugar perfecto para esto, darnos una sobredosis de películas y sentir “estabilidad” por un rato, la que después de una semana ya nos pedía a gritos volver a la ruta…
Pingback: Oaxaca, tierra de tapetes y mezcal | upa chalupa·
Pingback: Un descanso en México DF | upa chalupa·
lindo viaje y geniales relatos!!!
Gracias Carola! Un abrazo 🙂
jajaja exclente carolita!!!!! que buenos relatos cabros!!!
la casa de su amigo Marco.. es atómica!!!! que buena onda esto del couchSurfing…. besos a los dos!!
Mi fiel amiga! Así es, viva el couchsurfing! Hemos conocido gente maravillosa en el camino… todos muy atentos y generosos, lindas personas!
Un abrazo para tí!