Ya se cumplió un mes desde que estamos viviendo en “la montaña”.
Al principio fue raro no tener internet ni señal de celular en el Lodge, pero al pasar los días nos empezamos a acostumbrar y mejor aún, lo empezamos a disfrutar, a pesar de que nos gusta estar conectados con nuestras familias y amigos.
Tenemos luz y agua gracias a un generador que prendemos algunas horas al día. Acostumbramos a tener nuestra linterna frontal colgando en el cuello, lo que llama mucho la atención en los huéspedes que preguntan: “¿Qué es ese collar tan especial que andas trayendo?…”
Kai y Claire limpiando el techo del generador
Nuestros cargos en el Lodge son bien básicos, sin grandes responsabilidades ni preocupaciones. Y eso de cierta forma nos gusta, podemos vivir tranquilos, dormir bien y disfrutar lo que hacemos.
Nos encanta trabajar con personas, con servicio, compartir experiencias y vivir en plena naturaleza. Nos sentimos muy afortunados de estar donde estamos!
Nuestro día empieza a las 6:30 de la mañana cuando suena el despertador. Luego suena a las 6:35 (ZzzZZZzzz), 6:40 (ZzzzZZZZzzzzz) y la última a las 6:45 y a levantarse se ha dicho!! Prendemos nuestra vela a betería, nos ponemos las linternas frontales y nos preparamos para trabajar.
Mientras Vic prepara el fuego en la chimenea del living, yo bajo al comedor a prender las lámparas a gas y sigo hacia la cocina para preparar el desayuno de nuestros huéspedes.
Horneando Muffins para el desayuno. (con linterna - collar)
A las 7:30 Vic sale medir la nieve y a prender el generador para tener electricidad y agua por un par de horas. Recién ahí podemos preparar el café, hervir agua, cocer algunos huevos (y tirar la cadena del baño!!!…).
Empiezan a bajar los huéspedes, unos más madrugadores que otros, y ponemos música para ambientar el desayuno. Les preguntamos si almorzarán en el Lodge o llevarán su almuerzo a su paseo para empezar a preparar los sándwiches.
Vic sube leña para el resto del día, apalea un poco de nieve de los accesos, empaca el equipaje de los huéspedes que nos dejan, carga la ropa sucia al carro y parte feliz en su moto de nieve hacia la Base que queda a 13 kilómetros del Lodge.
Mientras tanto, yo me despido de los esquiadores, termino de ordenar el comedor y meto al lavavajilla lo que va quedando. Ya nos dan las 10 de la mañana y hay que apagar el generador. Vuelta a ponerme la linterna frontal para empezar a limpiar las piezas más oscuras y los baños sin ventana.
Se asoman Claire y Kai, la otra pareja que trabaja con nosotros. Ella es la anfitriona en la tarde y encargada de pastelería (ñam!) y él es el Chef (ñam!).
Claire me ayuda con el aseo (le gusta pasar la aspiradora!!!) y a veces nos queda tiempo para hacer 30 minutos de yoga y elongación.
Vic, en la Base, limpia techos (más nieve!), prepara la comida de bodega que le encargamos (Vic’s delivery service), recibe y embala el equipaje de nuevos huéspedes y toma nuevamente la moto de nieve y se viene al Lodge.
Por lo general almorzamos todos juntos algo sencillo o las sobras de los días anteriores con algo de pastelería preparado por Claire (de nuevo ñam!).
Si tenemos un tiempo libre, subimos al living a jugar ping-pong o pool 🙂
Terminando el almuerzo, nos turnamos con Vic para salir a preparar el sauna que está como a 300 metros del Lodge. Cortamos leña y preparamos el fuego hasta dejar el sauna bien caliente. Aprovechamos de respirar aire puro y disfrutar del paisaje.
De vuelta en el Lodge, saludamos a los nuevos huéspedes y subimos a nuestra pieza a descansar… se acabó nuestro trabajo por hoy!
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jajaj q genial carolitaa.. me dio mucha felicidad saber loq ue hacen… y angustia por estar encerrada acáaa me encanta la vida al aire libre y la nieveee.. jajajjaja pero los baños??? valorrr,….. que rico amigaaa saca hartas fotos y aprender harto pa ir a verlos a su lodge del sur de chileeeee.. besos miless
Wasita linda! Nada de angustias amiga, a tomar decisiones no más y elegir la vida que quieras vivir 😉 Te quiero mucho!!
que entrete!!! me gustó el despertar y que a las 10 ya han hecho caleeeta de cosas!!! jijiji que rico los ñam! y la felicdad de Toño y la Caro feliz limpiando y que vida hermosa…:D
Sí, el día se pasa volando y lo rico es que a las 5 ya estamos libres para ver una película y armarnos un picoteo 😉
Pobrecitos…me dio una pena leer el relato.
Ademas el paisaje es horrible, tanta nieve…y blanca.
Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.
Carlos M.
Jajaja, sí, la verdad es que somos tremendamente afortunados!