[Enero 2016]
Jamás me imaginé esta sensación. Fue algo fuerte, extraño y maravilloso al mismo tiempo.
Lloré, pero fue de emoción. De alegría de estar en casa con nuestra querida Piscola, después de 2 años y medio en la ruta y de un casi accidente en Perú que fue un tirón de orejas más que nada.
Se me vino a la cabeza muchas imágenes del viaje, de los distintos países en los que hemos estado, de tantas experiencias que hemos vivido. Y ya estamos acá, el comienzo del fin de esta increíble aventura.
Estaba atardeciendo, hacía calor y había mucha gente en la frontera. Hicimos los trámites de ingreso y con papel en mano nos abrazamos apretado y largo, felices de haber entrado a Chile.
Llegamos a Arica agotados y hambrientos, con ganas de comer comida chilena. Lo único rápido y rico que pillamos fue una empanada de pino, una botella de vino tinto y un Berlín de postre… maravilloso! Lo disfrutamos como nunca antes en la vida y brindamos por todo lo que hemos vivido.
Nos fuimos a la playa Las Machas donde nos dijeron que podíamos acampar, pero no dormimos muy bien la verdad. Era una playa a la que van grupos a carretear y a tomar escuchando reggaetón a todo chancho y además usaron nuestra camper como baño, pero me di el gusto de interrumpir ese minuto levantando nuestra “cortina” y gritándole pa’ afuera “Oye, este no es un baño público, es mi casa!! Anda a hacer pipí a otro lado!”
Al día siguiente fuimos a comprar neumáticos nuevos, porque como les contábamos en el artículo anterior, los que tenemos ya no dan para más. Después de cotizar en varios lados, volvimos a Michelin por nuestros BF Goodrich All Terrain, los mismos que nos han acompañado estos 55.000 kms. desde Alaska.
Como no son nada de baratos, hicimos una “vaca” por nuestra página de Facebook y entre varios amigos y conocidos logramos completar el monto total y comprar el nuevo set que nos llevará hasta Tierra del Fuego. Es increíble la generosidad de la gente y cómo muchos se ven reflejados en nosotros y a través de su apoyo nos acompañan en esta travesía.
Ya con neumáticos nuevos era hora de volver a la ruta y decidimos visitar el Parque Nacional Lauca que queda a 170 kms en dirección hacia Argentina.
Nuestra primera parada fue el Valle de Azapa, famoso por sus carnosas aceitunas, de las que por supuesto, adquirimos un par de kilos. Ya estaba atardeciendo y aún quedaban varios kilómetros para llegar al Parque, por lo que decidimos tomar la carretera de Azapa a Poconchile que está nueva y en perfecto estado. Es una cuesta tremenda que sube y luego vuelve a bajar al Valle de Lluta, donde encontramos un lugar para acampar – y parrillar- a orillas del río.
Al día siguiente seguimos nuestro recorrido hacia el pueblo de Putre que está a 3.500 msnm y lo sentimos… Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos en altura y sentimos cómo nos faltaba el oxígeno al caminar rápido.
Volvimos a la Piscola para seguir hacia el Parque Nacional Lauca. A medida que vamos avanzando vemos muchas llaretas en las rocas y carteles que nos indican que es una zona protegida. [La llareta es una planta siempreverde muy densa y dura que crece en el altiplano sobre las rocas y fue utilizada como elemento calórico ya que contiene una resina que al quemarla dura mucho tiempo.]

Llaretas en las laderas de los cerros
Luego el Parinacota y Pomerape muestran sus cumbres nevadas en un día despejado y más adelante aparece un humedal con muchas llamas pastando. Parecía un cuadro!
Seguimos avanzando en el Parque hasta que nos encontramos con el Lago Chungará. Llegamos a un lugar perfecto para pasar la noche, una planicie con el volcán Parinacota y el lago de fondo. Estábamos decididos a quedarnos ahí, hasta que empezamos a sentir la altura.
Ya estamos a 4.200 msnm y nos duele un poco la cabeza y sentimos mucho sueño. Claro, ayer subimos desde el nivel del mar casi directo a 4.200 metros. Es bastante y el cuerpo lo sintió. Nuestro plan era acampar arriba y visitar al día siguiente la Reserva Nacional Las Vicuñas, pero decidimos cortar por lo sano y bajamos nuevamente a Putre a pasar la noche en la Plaza de Armas.
Al volver a Arica nos contactaron del diario “La Estrella” para escribir una nota del viaje. Acordamos juntarnos en el famoso Morro desde donde pudimos observar toda la ciudad y la celebración del Carnaval Andino “Con la fuerza del Sol”.
Pasamos una noche más en Arica, pero esta vez pagamos un Camping para evitar el reggaetón furioso de la Playa Las Machas, y nos preparamos para continuar el viaje al sur: Iquique y la importación de la Piscola nos esperan!
Que maravilla de experiencia en la vida! bienvenidos amigos! Los felicito por hacer lo que les hace feliz! viva la vida♡♡♡
Gracias chikitita! Ahí vamos poniéndole corazón! Un abrazote!
Me encanta!! Bienvenidos a Chile!
Que mejor entrada q una rica empanada, vino y un Berlin!!!! Jajaja nada más folklórico!
Espero ansiosa los próximos artículos!
Muchos besos
Jajaja, así es huasita querida 🙂 Ya se viene el próximo capítulo! Besos!
Que bien escribes amiga! Y que lindas fotos!! Bienvenidos a Chilito!!
Gracias Oli 🙂 Un abrazote!!