[Febrero 2015]
Al igual que para El Salvador, la gente nos creía unos locos cuando les contábamos que íbamos a recorrer a Honduras. “Y usted ha estado por allá?” Preguntábamos. Y la respuesta era siempre “No, pero basta con ver las noticias”…
Ya pasamos por México, Guatemala y El Salvador y todavía no nos matan. Es más, no hemos estado ni cerca de ver una escena peligrosa o alarmante. Como ya hemos escrito anteriormente, nos movemos con los consejos de la gente local y así evitamos barrios revueltos y zonas conflictivas.
Entramos a Honduras a fines de enero por la frontera El Poy y manejamos de una hacia el pueblo de Copán Ruinas, donde nos estaba esperando Nelly y su familia, quien nos contactó por nuestra página de Facebook para invitarnos a su casa. La carretera no es mala, es horriblemente espantosa! Y a eso hay que sumarle los 3 o 4 controles policiales donde la Piscola no se libró de ni uno (donde sólo nos pidieron los documentos del vehículo, nada de plata o inventar infracciones). Por suerte el paisaje es maravilloso, con mucha vegetación y la ruta va en medio de las montañas, así no se hace tan tedioso ir a 10 kms/hr…
Llegamos de noche (pasadas las 5:30 de la tarde se va el sol en Centroamérica) y ellos nos estaban esperando. Nos recibieron con sonrisas y abrazos, como si fuésemos amigos de toda la vida. Rápidamente nos sentimos como en casa y compartimos unas ricas baleadas, comida típica hondureña (tortilla de trigo rellena con carne picada, queso, cebolla, crema y lechuga).
Al día siguiente en la mañana fuimos al mercado a tomar un desayuno típico y comprar vegetales para la semana. Caminamos por el centro, buscamos aceite vegetal quemado en algunos restoranes – pero para nuestra mala suerte hay “alguien” que lo retira para hacer jabón- y nos sentamos en la plaza a conversar y comer mango (mi adicción en este viaje).
Ellos son una pareja joven y viven en una casa que a su vez es taller de pintura (Edgar es artista), fue bar en algún minuto y también café. Compartimos el mismo sueño, quieren manejar hasta la Patagonia con sus dos hijas en un futuro cercano y hasta quizás lo terminan haciendo con aceite!! Pero les ha pasado mucho que son juzgados como “irresponsables” y “malos padres” por querer llevar a sus niñitas a esta aventura, cuando la verdad, a nuestro juicio, será una experiencia muy enriquecedora que les va a enseñar muchísimo más que lo que aprenderán en la escuela.
En la tarde disfrutamos conversando con Nelly y Edgar, jugando con Jade y mish (el gato), hicimos una rica parrilla y terminamos el día arreglando el planeta acompañando la conversa con una botella de ron Flor de Caña.
Al día siguiente Edgar nos llevó a las increíbles Ruinas de Copán. Es realmente un IMPERDIBLE de este país. Hemos visitado muchas zonas arqueológicas, de diferentes civilizaciones, pero esta es diferente. Los mayas que habitaron esta zona eran artistas escultores e hicieron maravillas con las rocas de Copán. Además, en la zona arqueológica vimos muchas guacamayas volando sobre nuestras cabezas, acompañándonos en nuestro recorrido.

Edgar nos hizo una increíble caricatura. La idea era dibujarla en la camper, pero como voló el tiempo, la hizo sobre papel. Gracias amigo!
Después de dos lindos días con nuestros nuevos amigos, dejamos Copán en dirección al Atlántico. Nuestro siguiente destino es la isla de Utila. No podemos cruzar con la Piscola, así que la dejamos esperándonos en un Lodge ubicado en la entrada del Parque Nacional Pico Bonito, cercano a La Ceiba.
El objetivo único de ir hasta Utila era bucear! Es donde está la barrera de coral mesoamericana (la misma de Cozumel y Belice) y es uno de los lugares más baratos en Latinoamérica. Nuestro error fue que no investigamos mucho más de la isla y al llegar nos llevamos una no muy grata sorpresa…
Después de una hora en ferry -que se movía como el barco pirata de Fantasilandia- llegamos a la isla de Utila. Fea, fea, fea, con calles angostas caóticas de tanto movimiento de motos y tuctucs, sucia, basura acumulada por montones y además… no tiene playa!! Porque a lo que ellos llaman “playa” es un pedazo de terreno donde esparcieron algo de arena y a 5 metros pasan las motos tocando la bocina y atrás hay un bar con música a todo chancho. A esto hay que sumarle el ambiente apestoso pasado a spring breaker, posiblemente la peor y más detestada clase de turista, bienvenidos a Utila!
Me dio pena por Vic, porque él no puede bucear porque tiene un tímpano perforado. Creímos que él iba a poder disfrutar de la playa, la pesca y snorkel, pero no fue así… Lo “bueno” fue que el hostal/centro de buceo donde nos estábamos quedando tiene un kayak (que está trizado!) y Vic pudo salir a remar y pescar mientras yo me iba a bucear. Además si la pesca no estaba muy buena, cada mañana llegaba “el Zorro” con atún fresco traído de mar adentro.
El buceo estuvo en general maravilloso. Bosques de corales, murallas, pasillos y cuevas, buena visibilidad y temperatura del agua, grupos pequeños e incluso en un par de oportunidades iba yo sola con el dive master (guía). En definitiva, una cosa por otra: buceo bueno, bonito y barato pero en una isla que no tiene nada más que ofrecer.
Terminados mis 6 buceos, estábamos listos para irnos, pero el clima no lo permitió… llegó una tormenta de fuertes vientos y lluvia a chuzo por lo que el Ferry no podía funcionar. Imagínense que con buen clima era una locura, con mal clima no quiero ni pensarlo! Como el tiempo es nuestro más preciado bien no fue tan terrible quedarse y disfrutamos el día de lluvia con películas, chocolate y un vino argentino en oferta, nada de mal!
Ya en tierra firme, fuimos a buscar a nuestra querida Piscola –que después de la tormenta volvió a pasarse el techo y nos recibió con un charco de agua… mal…- y nos fuimos a buscar aceite vegetal quemado al pueblo costero de Tela. Nos hubiese gustado habernos quedado un par de días en el Parque Nacional. Se ve bien verde y con un río turquesa y cascadas, pero decidimos seguir avanzando, porque a mediados de mes nos viene a visitar una amiga a Nicaragua y tenemos que estar allá en 7 días más.
Cuando pasamos por Tela a la ida conocimos a Jamil, el dueño de una estación de servicio, que tiene una amiga con un restorán y allá partimos a buscar aceite quemado! Nos fue bastante bien, retiramos como 80 litros!
Volvimos a la bomba y Jamil nos invitó unas chelas mientras hablábamos del viaje y quiso conocer la camper. Terminamos comiendo, tomando varias cervezas y hablando de Honduras, de la situación que vive el país, de Chile, del viaje, de nosotros… Nos habló también de su pasado, de cómo su familia surgió desde abajo y de su experiencia de ser secuestrado por 21 días en las montañas.
Al día siguiente filtramos aceite y quisimos ir de paseo con Jamil a “Miami”, una playa cerca de Tela, pero el camino era puro barro y no pudimos pasar. Terminamos comiendo un rico ceviche de camarones, tomando chelas (él nos hace la competencia) y conversando por 7 horas – que pasaron volando – en el restorán de su amiga en Tela, todo invitado por este hombre que se nos presentó en el camino.
Nuestra siguiente parada fue en el Lago de Yojoa, al interior de Honduras. Íbamos con altas expectativas. Leímos que era un santuario de aves, una cascada por ahí cerca y que había muy buena pesca, así que Vic manejaba con una mano en el manubrio y la otra en la caña! Jamil nos hizo el contacto con su hermana y su cuñado que son dueños de una gran finca cafetalera y tienen cabañas, restorán, caballos y paseos en lancha, para que pudiéramos acampar en su terreno sin costo.
El lugar era precioso aunque decorado con un gusto bien particular. Dejando de lado los caballos y vacas de cerámica que adornaban una parte del enorme jardín, el resto era espectacular.
Después de un par de noches continuamos rumbo a Comayagua, una ciudad colonial que fue la primera capital de Honduras. Buscamos aceite en el camino y llegando a Comayagua fuimos a los Bomberos para pedirles asilo. Nos paseamos por unos barrios bien feos. “Feos” de feos no de peligrosos… Llegamos donde los bomberos con muchísimo calor y no nos dio la energía para salir a recorrer nada. Cocinamos y ahí nos quedamos.
Día siguiente, historia similar. Manejar hacia el horno de Choluteca con destino a los Bomberos, para luego cruzar la frontera a Nicaragua, pero esta vez por una carretera PEOR que la del día de llegada (esta sí que ha sido lejos la más horrible de las carreteras de todo el viaje!).
Fue TAN pero TAN mala, que saliendo de Honduras nos comimos un cráter (no son hoyos…) y rompimos una parte del eje delantero de la Piscola… “Qué mala cue’a por la chu&$#!! Justo cuando estamos dejando el país!”.
Gracias a nuestra increíble suerte -ángel de la guarda, estrella, Dios o las miles de bendiciones que nos han dado en el camino-, no pasó a mayores y pudimos estacionarnos a un costado de la carretera donde, de nuevo, llámenlo suerte o como sea, justo había una casa con un señor muy amable que llamó a su vecino mecánico y a su vecino soldador… como de no creerlo…
Nos comimos el cráter cerca de las 8 de la mañana y entre ir y venir mecánicos, esperar a un soldador, llamar al otro del pueblo de al lado, que llegaran, nos cotizaran el trabajo (“deme pa’ la gasolina no más”), sacaran la pieza, la soldaran e instalaran y nos cobrara USD$120 por el trabajo –que por supuesto no pagamos, después de hacerle ver al soldador que no somos ni gringos ni millonarios y que con esa plata llena 4 veces el tanque-, nos dieron las 3 de la tarde. Pero no importó, porque todo esto, pudo haber sido muchísimo peor!
Sentimos que corrimos por Honduras, fue todo tan rápido. Comenzando por la abrupta salida de Copán donde Nelly y Edgar nos recibieron con tanto cariño. Correr para llegar a Utila y aprovechar el buen clima de esa semana para bucear. Correr para el Lago de Yojoa e ir acortando camino hacia Nicaragua. Y los últimos días ni hablar… no había tiempo ni ganas de ver nada, sólo descansar.
Nos hubiese gustado dedicarle 2 semanas más, por lo menos y recorrer bien los Parques Nacionales del Atlántico de los que nadie habla y poco se sabe, acampar en la orilla de uno de sus varios ríos color turquesa, caminar por las verdes montañas de bosque nuboso y por supuesto, por qué no decirlo, comer un par de baleadas más que están buenísimas!
Si bien evitamos las grandes ciudades porque nos ponen mal genio, podemos decir según nuestra experiencia que la prensa se ha encargado de hundir a este maravilloso país, asustando a la gente (y a mi madre) y creándole una mala fama que no se merece. La policía es buena, es amable, hace bien su trabajo. La gente en la calle es curiosa, se acerca, quieren saber de uno, agradecen la visita. Existen los secuestros, sí. Pero no andan detrás de uno, sino que de algún empresario o familiar del cual puedan obtener dinero.
Así que ya saben, pueden agregar tranquilamente a Honduras como siguiente destino, no se arrepentirán!

Nuestro recorrido en Honduras, desde El Salvador, hacia Nicaragua
Acabo de descubrir esta página, y les cuento acabamos de recorrer Centroamérica en bus y auto con dos niños pequeños y mi esposa, no puedo estar más de acuerdo con ustedes. La prensa le ha hecho mucho daño a esos países, repiten todo el día los mismos delitos, sin embargo en nuestros paseos lo más «peligroso» que vimos fue una revisión de la policía a una persona en San José. Y como no hay primera sin segunda, para la próxima vayan a visitar Roatán y algunos sectores cercanos a Tegu, Valle Los Angeles creo que se llama.
Qué bien Diego! Y en familia, mejor aún! Anotaremos los datos para la próxima! Definitivamente queremos volver 😉 Saludos desde la Patagonia!
Full of crap ! how come you did not pay the mechanics.
Stay longer in Honduras and go to the poor neighborhoods. It is easy to have a good opinion when you go and visit middle class people or stay in the resorts. Go travel at day/nigh in a poor neighborhood area, then you tell me. Stay in Tegucigalpa or Comayaguela, go San Pedro Sula y Chamelocon.
Dude
Obviously you didnt read the article or your spanish sucks.
We did pay the mechanics (not 120 ), we stayed with locals, we didnt go to resorts and we couldnt stay longer cause you have 3 months for Guatemala, Honduras, El Salvador and Nicaragua… and if you read the conclusion at the end of the article you will realise the fool you just play to yourself.
Honduras was a wonderful country for us and you didnt get it cause you think that in order to get a better experience you have to drive trough ghettos at night.
cheers
Honduras es un país hermoso lleno de belleza natural.
Empesando por las bellas playas de Rohatan y La Ceiba etc. El paisaje natural que muestran todos los Departamentos, la flora y la fauna terminando con las ciudades de San Pedro Sula y Tegucigalpa.
En Tegucigalpa (LCDH) encontraras variedad, cierto que que es una ciudad peligrosa pero tanto lo cual puedes venir a Honduras, disfrutar de nuestra bellesa y salir satisfecho
Gracias!!
Debelson, nos quedamos con ganas de mas, pero esa sensación te deja la espinita de querer volver.
Saludos
Pingback: Costa Rica es Pura Vida! | Upa Chalupa·
It sounds like you’re having a great time and getting closer to home all the time. I hope that the weather stays good for you and that there are no more volcanoes going up also – like the one in Chile. Please take great care my amigos and may Jehovah God be with you always. Lotsa love,Val DaemPrince George, BC, Canada
Dear Val, yes, we are getting closer! Now in Colombia but updating the blog little by little… hahaha.
Thanks for staying in touch 😉 Huge hugs for you xox